La cita fue en el Gimnasio Fontana. Estudiantes de quinto, sexto y séptimo grado de bachillerato fueron convocados para esta sesión. Se trataba de su primer acercamiento al visual thinking y a que comenzaran dibujar enmarcados en un propósito, que cambiaba según el ejercicio grupal o individual que se fuese adelantando.
La invitada especial para este evento fue Lara Romero. Quien es licenciada en Pedagogía y ha formado a colegios, universidades e instituciones en el uso de las TICs en toda España; además, es docente del Colegio Alameda Osuna, en donde ha enseñado herramientas alrededor del pensamiento visual. Su participación en esa sesión fue esencial, pues a partir de la experiencia de Lara los estudiantes comenzaron a ver el provecho que podían sacar de las técnicas del visual thinking desde ya.
En una charla por Google Hangouts, desde Madrid, Lara les sugirió tener un diccionario visual personal, en el que dibujaran diferentes elementos cuando tuviesen tiempo libre. Esto les haría “soltar la mano” y les brindaría más habilidad al dibujar. Aunque la docente fue clara en manifestarles que en el pensamiento visual lo importante no es hacer dibujos realistas o que se vean bonitos, sino que se entiendan. Y es por esto que las señales que encontramos en los baños que especifican si son de hombres o mujeres están lejos de ser estéticamente bellas, pues lo que buscan es que sean comprensibles para todo el que las lea.
La sesión no solo fue valiosa para los estudiantes sino también para algunos docentes que asistieron al evento, pues Lara les sugirió buenas ideas como la de hacer que los alumnos jueguen el Teléfono roto, pero dibujando. Una motivación importante pues aunque los niños y niñas deban tener disposición ante el tema, también es importante la formación y el incentivo que reciban por parte de sus maestros.
Los estudiantes dibujaron a partir del alfabeto visual, que se compone de círculo, línea, punto, triángulo, cuadrado. Debían dibujar varios objetos partiendo solo de una de estas figuras, de esta forma podían ver el gran abanico de elementos que podían surgir a partir de un mismo elemento.
Durante la sesión también hubo un espacio para que las niñas y niños salieran de su aula y dibujaran elementos asociados con la ciudad, con la condición de no repetir lo que sus demás compañeros ya habían dibujado. Un asunto que no fue un gran problema para ellos pues cuentan con una imaginación, que los adultos pierden algunas veces.
Uno de los temas que los estudiantes estaban tratando por estos días era la ciudad, por lo que el reto final consistió en hacer una visualización de Bogotá, en grupos. Debían tener en cuenta que se lo iban a presentar a un extranjero o a una persona que no conociera la capital. Se podían apoyar en elementos tipográficos, pero no podían recurrir a textos extensos.
Todos los alumnos que participaron de la sesión estuvieron atentos y proactivos, como todo niño o niña que está aprendiendo mientras dibuja. Ellos se cohíben mucho menos al dibujar que un adulto y no temen en hacer una ciudad a punta de bolas o líneas, algunas veces chuecas. Como cualquier talento, entre más temprano se cultive a mayores resultados se podrá llegar y estamos seguros de que varios de estos estudiantes le abrirán más espacio al dibujo en su cotidianidad y, por qué no, intentarán tomar notas de alguna clase solo con sus dibujos.
Fue una experiencia memorable no solo para los estudiantes y docentes que participaron del encuentro sino para el equipo de Visual Thinking School Colombia. Trabajar con niñas y niños siempre brinda grandes lecciones y esta es la primera de las numerosas sesiones en las que los involucraremos a ellos.